Se acerca el buen tiempo y con él empezamos a planear salidas y viajes.
Que nuestro perro nos acompañe en el viaje es una gran idea, pero es necesario que sepamos como hacer que nuestro perro se sienta cómodo durante el trayecto.

Hace no demasiados años, la legislación se limitaba a decir que el conductor estaba obligado a mantener su propia libertad de movimiento, el campo necesario de visión y la atención permanente a la conducción, añadiendo que deberá cuidar especialmente de mantener la adecuada colocación de los objetos o animales transportados.
Lo cierto es que un perro puede ser una causa de distracción al volante, por lo que la normativa vigente indica que se ha de habilitar una zona para el perro en la que no pueda interferir con la conducción.

En caso de que el habitáculo del maletero y de pasajeros no sea el mismo, se desaconseja transportar en él al perro debido a que una mala combustión de los gases de escape podría llevar estas sustancias nocivas hasta el compartimento del maletero e intoxicar a nuestro perro.

Ofrecemos una serie de alternativas al conductor que garantiza la buena conducción y que el perro pueda viajar de forma segura.

Lo primero es separar el habitáculo interior del vehículo, ya sea con una red, generalmente de nylon, que crea un espacio adecuado o con unas barras separadoras. En cualquier caso deben cubrir una superficie suficiente que no permita que el perro las traspase.

La opción de la red resulta más barata, pero puede que al ser un poco elásticas sujeten peor al animal y que no lo retengan de forma efectiva en caso de colisión. Mientras que las barras suponen un mayor coste y en el caso de las telescópicas puede que no sean impedimento para el empuje de un gran perro.

Además existe una gran variedad de arneses de seguridad, cajas de transporte y otros métodos que pueden proteger a nuestra mascota.

Es importante hacer caso a esas indicaciones, pero en la Escuela Mónica Gómez nos preocupa sobre todo el bienestar de nuestra mascota y queremos dar una serie de consejos que harán su viaje mucho más agradable.

El entorno del coche no es cómodo para un perro, por lo que lo ideal es que se acostumbre al mismo a una edad temprana, a sus dimensiones, olores... En cualquier caso, durante en viaje se le puede dar al perro su manta o su juguete preferido para que se sienta más cómodo y esté distraído. Al mismo tiempo evitaremos que manche o estropée la tapicería del vehículo.

Se recomienda que el perro no coma 12 horas antes del viaje y que nos aseguremos de que ha hecho sus necesidades antes de emprender un viaje largo.
Durante el viaje es aconsejable parar con cierta frecuencia para que el perro pueda beber agua fresca, relajarse, dar un paseo...
Si fuera necesario, existe una serie de pastillas anti mareo que pueden ayudar a nuestro perro a soportar mejor el trayecto.

Por otro lado, dejar la ventilla algo abierta para que entre aire fresco ayuda a nuestro perro a sentirse más cómodo y pueda regular mejor su temperatura corporal, pero tenemos que evitar que saque la cabeza por la ventanilla debido a que podría contraer otitis o conjuntivitis.
Además, cuando detengamos el coche por un periodo de tiempo prolongado no podemos dejar al perro dentro del coche, ni siquiera con la ventanilla algo bajada, porque debido a su sistema de regulación de la temperatura corporal puede llegar a sufrir un shock térmico que le podría causar incluso la muerte.

En la Escuela Mónica Gómez somos conscientes de que tanta precaución puede parecer exagerada y abrumar a más de uno, pero lo cierto es que todos estos consejos pueden ayudar mucho a que nuestro perro se sienta lo mejor posible en un entorno que no entiende y al que no está adaptado.