Siguiendo con la temática en la que últimamente hemos decidido profundizar un poquito, vamos a hablar sobre los cachorros y sobre la convivencia con ellos. Hace poco hablamos sobre las primeras etapas de vida de nuestra mascota, desde su nacimiento hasta la etapa de socialización, y también nos centramos en esta última, contando más sobre los detalles de esta etapa en nuestro perro, y cómo las diferentes experiencias que tengan lugar en esta etapa de socialización le podrán afectar en su carácter en el futuro.

También recordamos que cuando creamos que tenemos problemas en la comunicación con nuestro cachorro, antes de que se convierta en un problema más serio, debemos plantearnos la posibilidad de necesitar ayuda de profesionales.

Amaestrar a nuestro perro para que viva en casa requiere mucho tiempo, paciencia y atención, pero si sabemos cómo hacerlo, y que nuestras atenciones resulten más efectivas, podemos reducir el tiempo de aprendizaje de nuestra mascota. Cuanto más sistemática convirtamos nuestra forma de amaestrarlo y educarlo, más rápido aprenderá el cachorro a comportarse de manera correcta.

Conseguir que un cachorro conviva de manera adecuada en espacios interiores puede durar varias semanas, e incluso más tiempo en determinadas razas. Lo primero que debes asimilar es que hay que dedicarle mucho tiempo, atención y cariño para conseguir educar al cachorro para vivir en interiores.

Otro aspecto fundamental es establecer una rutina. Los cachorros se acostumbran antes y aprenden mejor cuando todo es más sistemático, cuando tienen un horario regular, tanto para las comidas, como para pasear, como para sacarlo a la calle a enseñarle a hacer sus necesidades...

Un consejo para empezar a que el cachorro haga sus necesidades fuera es empezar por elegir lugares no muy alejados de la puerta de casa, y llevarlo siempre directamente al lugar elegido para que el cachorro se acostumbre a hacer sus necesidades. Y en el caso de que al cachorro se le escape hacerlo en casa, podemos utilizar los papeles o paños que usamos para recogerlo y colocarlos en el lugar donde queremos que vaya al baño. El olor le ayudará a reconocer ese lugar como sitio para hacer sus necesidades. También debemos limpiarlo rápido, ya que el cachorro continuará yendo a hacer sus necesidades al mismo lugar si sigue oliendo el área sucia.

Premiar a tu perro cada vez que realice bien determinadas actividades que le intentes enseñar es muy importante también. Inmediatamente después de que vaya al baño fuera de casa dale una golosina, esto le ayudará a reconocer que te gusta que haga eso. Esto también se aplica para que nos de la patita, pasee a nuestro lado, se siente...

Debemos tener en cuenta cuando un cachorro entre en nuestra vida, y queremos que la convivencia sea correcta, tenemos que invertir mucho tiempo al inicio para que luego su comportamiento se adapte a su nuevo entorno, nuestro ambiente. Paciencia, constancia, atención, dedicación y mucho cariño es lo que te aconsejamos ante todo en estas primeras etapas de la vida de tu perro.