Con la llegada de la primavera volvieron, para algunos, nuestras acompañantes incondicionales de esta época: las alergias. El aire se carga de polen y todos, también nuestras mascotas, sufrimos sus efectos.

Los veterinarios nos avisan de que cada vez más perros son alérgicos al polen y que uno de cada siete perros padece algún tipo de alergia. Entre las más comunes destacan las pulgas, los alimentos, el polvo y ciertos tejidos como el nailon.

¿Cómo reaccionan las alergias en nuestro perro?

Al igual que en las personas, la mayoría de las reacciones alérgicas se deben a que el sistema inmunológico responde ante una “falsa alarma”. Cuando una sustancia no nociva -como el polen o el polvo- entra en contacto con el cuerpo que es alérgico, el sistema inmunológico produce anticuerpos que atacan el alérgeno. En los canes los resultados de este ataque se evidencian de distintas formas, debes vigilar el comportamiento de tu perro para prevenir y tratar posibles alergias.

El polen puede provocar picores en el hocico y alrededor de los ojos de tu mascota, controla si se rasca y lame con demasiada frecuencia en esas zonas. Además, puede afectar a sus ojos y oídos, llegando a infectarlos, y a la zona de las axilas, donde su piel es más delicada. Otra señal de la alergia al polen es la rojez de la piel e incluso la pérdida de pelo. Estas afecciones se incrementan cuando paseamos a nuestros perros por zonas con vegetación a las que sea sensible.

Ante la aparición de cualquiera de estos síntomas, debes llevar tu perro al veterinario. Él le realizará un tratamiento adecuado y, si fuese necesario, le proporcionará medicación.

Sin embargo, podemos seguir algunas pautas para reducir los síntomas en la medida de lo posible:

• Alejar a nuestro perro del polen. Pasealo por zonas sin mucha vegetación a la que sea sensible.
• Limpia sus patas. Límpiale a fondo sus patas y almohadillas tras los paseos.
• Baña a tu perro. El baño eliminará los rastros de vegetación que se hayan podido quedar en su pelaje.